Cactus y mariposas

Diecisiete euros invertidos en serum para que mi melena, pero el espejo de la recepción con luces de vestuario, delata que mi cabello sigue encrespado, que mi maquillaje no oculta mis manchas, y que mis medias y zapatos nunca me quedarán como la chica que tengo al frente.

Mientras el corazón golpea cada minuto más fuerte, muevo el bolso de una mano a otra, intento ser prudente con la mirada, mantenerme erguida con los zapatos y no parecer a Lina Morgan en el intento.

Al son del “pum pum” del corazón, el” run run” de mis neuronas, a punto de una eclosión sináptica, la puñetera canción suena y suena en mi cabeza. Siempre pienso que ya basta de cantautores deprimidos, de corazón roto, y letras que acaban jodiendo el día, pero sigo escuchándolos. “Seré muy breve, te extraño, y esto duele” canta

Mi terapeuta me había dicho en la sesión anterior que tenía que aprender a venderme de otra forma, ¿qué necesita el mercado que YO pueda ofrecer? y aquí estoy siguiendo los consejos de la terapeuta que por un módico precio me desmorona mi integridad, principios, recuerdos y vestidos de valentía. ¿Quien cuida a un terapeuta? Me pregunto muchas veces.

-Pase y siéntese- irrumpe la tía estupenda, cortando de golpe todo el cúmulo de pensamientos.

-Primer CV que veo con una mariposa- me dice mirándome a los ojos.

Intento mantener la mirada, sonrío moderadamente, mantengo quietas las manos, como dicen los artículos que semanalmente me llegan al correo sobre cómo como superar una entrevista de trabajo. No cruzo las piernas, mantengo la espalda recta….
-

Y… ¿bien? me pregunta desconcertada.
-Mmmm (mierda, he mostrado dudas, y eso no puedo) ¿Porqué la puse? (pum, pum, pum, espero que no oiga la intensidad de mis latidos). Pues mire, fruto de un debate interno entre mariposa o cactus, al final, mariposa.

-¿Mariposa; cactus? ¿Perdone? Deme una razón para no echarla ahora mismo de aquí. ¿No considera un tanto osado venir con este curriculum a este puesto?

-Pretendo demostrarles mi creatividad por partida doble, todo lo que supone una mariposa, todo lo que supone un cactus. Es mi punto fuerte, y lo creo imprescindible para el puesto ofertado

-¿Por qué cree eso? ¿Qué tiene que ver las mariposas y los cactus con la construcción?

-Construcción en el sentido amplio.Puedo construir armazones, como he construido los pinchos del cactus que pretendo ser; sistemas de defensa variados. Puedo trabajar sin sentir, y eso creo que les ahorraría problemas. Sé recomponer los cimientos de los edificios que se derrumban con una gran entereza y sin perder la sensibilidad necesaria para observar lo esencial y lo irrelevante, qué bellas las mariposas.

-Y… ¿sabrá hacer algo más?-
- Sí, se hacer barcos que soportan naufragios y que no llegan a puertos, aunque eso mejor en papel. Pero seré su mejor peón multiusos que equilibraré gustosamente mi talento entre las alturas y los cimientos

-Puede retirarse, no está el panorama para faltar al respeto.

Recojo mi bolso, intento no parecer patosa al levantarme moviendo los pies sobre los tacones que cada segundo se me antojan más altos, feos, ridículos e insanos.
Mientras mantengo el tipo llegando a la puerta sin el mal sabor de un borde “Buen día”, pienso en el absurdo que exige mi retirada del ring de la batalla.

La anotaré en mi agenda, en la f, de un fallo más en una fallida entrevista de trabajo. Tal vez lo pueda enviar la sentencia a INFOJOBS.NET, culpables de que haya perdido el tiempo presentándome en un lugar tan inhóspito. Les mandaré un mail con esta experiencia, para su mejora profesional. INFO…INFOTARADA, titularé el mail. Sí, eso, haré para que no me falten al respeto.

Cierro la puerta, vuelvo a ver mi pelo encrespado en el espejo, descubro un despuente en mis medias. Llamo al ascensor. Bien, para la próxima me presentaré a una oferta de afilador de cuchillos, incluso aspiraré a diseñarlos. Y ¿Por qué no a CLAVARLOS? Clavarlos y dejar de sentir como se clavan en mí.

Quito los tacones, saco las zapatillas del bolso. Quiero echar a volar. Para la próxima pintaré un cactus de colores, y que sus pinchos no dañen a la mariposa que lo abrace. “Seré muy breve, te he perdido y esto duele”, sigue sonando.