Aunque van creciendo las espinas, sigo haciendo juegos malabares, aprendiendo en todas las esquinas, que aún nos queda por jugar, la mejor de las partidas.
Cuantas cosas se me escapan, por pequeñas y sutiles. Aunque algo me está diciendo, de ahí está lo cierto, lo mejor.
Ese gesto perdido, dice más de lo que cuentas.
Poder limpiar con un beso el mapa de la tristeza que una lágrima en tu cara dibujó.
Que cabrón y buen amigo, es el espejo de mi casa. Él me cuenta cib descaro, como pasa el tiempo.
Una mirada distinta, un sol para cada noche. Un saber lo que es primero, y esa lágrima lo es.
Todo error es un principio si se sabe mirar bien.