Ni siquiera esperar tiene sentido
Ya no vale la pena callarse.
Voy a levantar la voz
Sin necesidad de levantar el puño

Voy a gritar hasta que me duela la garganta
A mi ya no me para ni un tanque
Ni voces acompasadas de los políticos
Ni balas que inquietan mi supervivencia
Si has venido a echar un rato
Ya puedes ir cogiendo la puerta
Aquí hoy vamos a ser inquilinos
Inquilinos de un sueño a veces inalcanzable
Inquilinos de un espacio que puede ser África
Que puede ser tu cuarto de baño
O que puede ser tu conciencia
Abróchense los cinturones que despegamos
Rumbo a la libertad
Miguel Hernández
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